Se estima que más del 95% de empresas ecuatorianas son familiares. Siendo así éstas constituyen, en la mayoría de los casos, el principal activo y fuente de ingresos para sus dueños. Siendo esto así, no deja de llamarnos la atención que muy pocos saben cuánto es el ingreso anual que la empresa brinda a la familia y a cuánto asciende la inversión que la familia ha hecho, y muchos menos tienen una idea del valor de la empresa para responder a una oferta de compra, para buscar ofrecerla a terceros, en caso de que a ningún miembro de la siguiente generación le interese continuar, o para considerarla adecuadamente dentro de la masa hereditaria a repartir.
Decimos que muy pocos saben cuánto es lo que perciben del negocio, porque en muchas empresas familiares, el dueño y su familia no solo reciben remuneraciones y dividendos sino también la empresa cubre gastos personales de diferente índole que se refunden y confunden en el Estado de Resultados. También afirmamos que no conocen el valor de su inversión porque no solo han hecho aportes al patrimonio sino también han provisto préstamos, que en muchos casos no devengan intereses, o le deben valores a la empresa, que deberían ser considerados como disminución de su inversión.
Ahora bien, establecer el valor, que sería el precio que se recibiría por vender los derechos sobre el patrimonio de una compañía en una transacción ordenada entre participantes del mercado independientes en la fecha de la medición, se debe realizar a través de la selección de técnicas que difieren en dificultad y, consecuentemente, proveen resultados de diferente calidad y utilidad. Nos referimos en concreto a métodos por múltiplos de empresas comparables, métodos contables y métodos basados en el descuento de flujos futuros. A continuación, nos referimos brevemente a cada uno de estos.
En primer lugar, mencionábamos a los métodos por múltiplos comparables. Uno de los múltiplos más comúnmente utilizados es PER (siglas de Price Earnigs Ratio), que establece la relación que se observa en compañías inscritas en bolsa de valores o en transacciones recientes hechas públicas entre el precio de una acción y la utilidad que genera. Hay quienes prefieren utilizar el ratio dividendo distribuido en relación con el precio. Y actualmente, muchos se inclinan a considerar el múltiplo de EBITDA. Si los dueños de una empresa no inscrita en bolsa quisieran saber su valor, se necesitaría encontrar a una empresa similar cotizada en bolsa, seleccionar el indicador y calcularlo con las cifras propias. Como se observa, el cálculo es relativamente sencillo, pero lo difícil radica en encontrar empresas similares. Siendo esto último muy improbable, usualmente el comparable identificado no es tan similar, haciendo muy frágil a este tipo de valoración.
En segundo lugar, mencionamos a las valoraciones contables que buscan dar una respuesta a través del valor en determinado momento del patrimonio. A este valor, se le sugiere hacer ciertos ajustes, porque puede haber activos que están a costo histórico y no a su valor de mercado. Nos referimos principalmente a propiedad, planta y equipo, propiedades de inversión, inversiones en subsidiarias y marcas autogeneradas. También, puede haber ciertas contingencias no registradas en el pasivo que deberían considerarse para establecer adecuadamente el patrimonio ajustado. Esta valoración, como se ve, requiere que se lleve una contabilidad apropiada – y posiblemente, auditada- y se solicite avalúos y posiciones de otros expertos para poder llegar a proporcionar un valor. Este indudablemente más costosa en tiempo y dinero, pues requiere mayor investigación. No obstante, su limitación radica cuando se aplica en una empresa en marcha porque proporciona un valor estático.
Lo anterior se busca corregir mediante la aplicación de métodos basados en proyectar los resultados de una empresa y determinar, en base a ellos, los planes de inversión y las políticas de distribución de dividendos, los flujos a ser descontados usando el costo promedio ponderado del capital. Estos métodos son más sólidos en compañías que tienen buen control presupuestario que prueba que en el pasado el presupuesto anual ha sido una herramienta útil para lograr el crecimiento planteado y que cuentan con una planificación estratégica que soporta las proyecciones descontadas. No obstante todo esto, la valoración al estar basada en varios supuestos puede generar muchas discusiones que podrían eventualmente llegar a resultados diferentes.
Pero ¿cuál método utilizar? A nuestro criterio, basado en nuestra experiencia, los tres, pero teniendo claridad en las fortalezas y debilidades de cada uno. Por ejemplo, los métodos de comparables nos proporcionan benchmarks de la industria en la que opera determinada empresa; los métodos contables, deberían proporcionar un valor de piso, cuando se trata de una empresa en marcha y en crecimiento; y, los métodos de flujos descontados deberían dar techos. En cualquier negociación, en la que se alcanzará un precio, quien disponga de esta información, sin lugar a duda, por estar mejor preparado, tendrá más posibilidades de sacar la mejor tajada de la oportunidad.