Cuando empezamos un nuevo día, me gustaría suponer que si en los últimos días del anterior tu ánimo había disminuido, era porque te habías inclinado para tomar nuevas fuerzas y enfrentarte al venidero.
En nuestro interior son muchas las ideas que luchan, normalmente están inspiradas por nuestras necesidades. H. Miller escribía sobre las ideas diciendo que ellas tienen que estar unidas a la acción, también mencionaba que no pueden existir solas y que éstas están directamente relacionadas con la vida.
Es muy probable que nuestras ideas traigan consigo discusión. En ese aspecto no nos debe preocupar sólo el triunfo, sino también el progreso que es la meta. Normalmente se nos presentan varias cosas a la vez y si seguimos todas al mismo tiempo no alcanzaremos una; y, peor aún, dejaremos ir a las otras.
Sabemos también que el hombre es lobo para el hombre. Esto justifica a que meditemos qué es lo que nos hace común con el Hacedor y por lo tanto, debemos recordar que el mundo fue creado por Él y que de acuerdo a nuestro esfuerzo viviremos algo más felices el tiempo que Dios quiera.
Es normal que algunos de nuestros congéneres nos desilusionen, pero también lo es porque no conocemos el grado de miseria o grandeza que hay en ellos. Dales tiempo ya que el hombre primero existe y lentamente se define. Al inicio él no es concreto.
En caso extremo si todo lo dicho de tus semejantes no te convence, si es cierto que nosotros pasaremos y nuestras obras quedarán al igual que las instituciones que hemos colaborado para que existan.
No somos buenos para todo. Algunos hemos sido creados para el campo y otros para la ciudad. La historia es nuestra y de ti depende si la humanidad la leerá con agrado o por tu culpa con aversión.
Kurt M. Hansen-Holm (1937-2013)